La experiencia comenzó en el mismo momento de volar pues para algunos de los chicos era su primer viaje en avión. Tras una llegada sin incidentes y repartir las habitaciones salimos a visitar Bruselas; al día siguiente nos encaminamos hacia Brujas y Gante, disfrutamos muchos de la visita de ambas ciudades. Desde ese día hasta el final del viaje todos los chicos se dedicaron a degustar los productos de la gastronomía tradicional belga: gofres y chocolate.
Recorrimos la ciudad de Bruselas, caminamos y caminamos; Raúl nos contaba al final de cada jornada los kilómetros que hacíamos cada día.
Otra experiencia interesante fue la visita al Parlamento Europeo de donde tuvimos que sacar a Olaya casi a la fuerza pues quería quedarse allí.
Como premio a su buen comportamiento, una noche salieron para ver y disfrutar del ambiente nocturno de Bruselas, bailaron y conocieron gente de su edad.
Llegó el final del viaje, la falta de sueño ya pasaba factura y no siempre se llegaba con puntualidad pero lo conseguimos.
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